Como ya sabéis, la distribución de nuestra furgoneta camper ha cambiado dos veces a lo largo de su vida. La primera mantenía el separador de carga puesto y no llegó a ver la luz porque el taller que estaba camperizando la furgo cerró. Decidí cambiarla al llegar al segundo taller (CamperCas), que en tan solo tres semanas la llevó a cabo, de forma no definitiva porque íbamos con prisa (teníamos que estar en Italia en pocos días). Después de 5 meses de viaje y vida a tiempo completo dentro de la furgo había entendido bien cuáles eran los puntos fuertes y débiles de la distribución. Al volver para acabar la camperización decidí entonces modificarla, para que se adaptara mejor a nuestro estilo de vida como pareja de nómadas digitales.
Esta es la distribución final que elegí:
En este primer post sobre el interior de la furgo os hablaré de la parte trasera de nuestra furgoneta. Esta es un poco la sección «transformer» del Bicho: nos hace de cama, de despacho para trabajar, de mesa para comer o de cine para ver pelis y series de Netflix.
Así es como se presenta cuando recogemos las mesas y las sillas.
Aquí os podéis dar cuenta de la sensación de espacio de la nueva distribución, sobre todo pensando en que es una L2 (la zona de carga mide poco más de tres metros de largo), y esto ayuda muchísimo a no encontrarse agobiado viviendo fulltime en un espacio tan pequeño. En este modo, todos los altillos quedan a mano, sin mesa o cama por el medio.
Como podéis ver, hemos decidido añadir espacio de almacenamiento poniendo encima del arcón derecho dos mochilas, una bolsa para la ropa sucia y una caja-trastero, donde acaban todas las cosas que se quedan por el medio y no sabemos dónde meter. Estamos trabajando aún en lo del minimalismo 🙂
Las mochilas tienen doble uso. Normalmente guardamos ahí dentro la ropa invernal en verano y la veraniega en invierno (lo de vivir fulltime en una furgo implica que tengas que llevarte ropa para todo el año), así no acaba quitando espacio de los altillos cuando no la utilizamos. Al mismo tiempo las mochilas tienen el tamaño exacto de una maleta de cabina, así que podemos aprovecharlas para viajar en avión si se presenta la necesidad/oportunidad, dejando la furgo aparcada en un lugar vigilado.
En caso de necesidad, quitando el colchón, las mochilas y demás enseres, es posible transportar una cantidad considerable de carga, mucho más que en una camper con «distribución clásica». De hecho, hicimos una mudanza de esta forma.
Las dos ventanas traseras y la claraboya de 50x70cm dejan entrar un montón de luz y el color clarito de las paredes y los muebles la difunden por toda la furgoneta. No se echa de menos una ventana lateral, y su ausencia hace que nuestra furgoneta parezca mucho menos una camper.
Bajando al suelo las mochilas y poniendo las mesas entre los dos arcones ya tenemos lista la base de la cama. El colchón está partido en tres partes, de las cuales una cubre todo el arcón izquierdo mientras las otras dos hacen de colchones individuales, formando transversalmente lo que queda de la cama. Esta subdivisión permite evitar cortes en el colchón a la altura de las rodillas, la cadera y los hombros, que es donde más se notan y más afectan a la comodidad y la calidad del descanso.
La base de la cama se encuentra a una altura de aproximadamente 45cm del suelo. De esta forma es posible ponerse de rodillas en la cama sin dar con la cabeza en el techo, o sentarse apoyados en la pared sin dar con la cabeza en los altillos.
De hecho, la idea original de esta distribución era que las dos partes más grandes se pudieran almacenar encima del arcón derecho, dobladas en forma de «Z» con bisagras de tela. De esa manera, de día habrían quedado escondidas debajo de las mesas, y el arcón izquierdo habría sido un sofá más ancho (desapareciendo el respaldo). Para que cupiera, el colchón tenía que tener un espesor máximo de 9cm. Desafortunadamente, después de unas semanas durmiendo así, nos dimos cuenta de que era demasiado incómodo. Intentamos cambiar el tipo de espuma, más o menos dura, pero el problema eran los cortes y el espesor reducido. Así que tuve que cambiar de planes y hacerlo como lo veis ahora.
Las tres partes tienen una funda de algodón 100%, con función de sábana bajera, así no tenemos que quitarla y ponerla cada vez que rehagamos la cama. Las fundas tienen cremalleras para poder sacar más fácilmente el colchón del interior. Debajo de las fundas/sábanas, hemos cortado a medida (con gomas a lo largo de todo el perímetro) un protector de colchón IKEA, para evitar posibles manchas.
El colchón mismo tiene su funda propia hecha de tela adicionada de Aloe Vera, y está formado por dos capas distintas: una capa superior de tres centímetros de memory foam de alta transpirabilidad pegada a una capa inferior de diez centímetros de espuma de densidad 28Kg/metro cúbico. En nuestra experiencia de fulltimers, esta es la combinación más cómoda para descansar. Sin embargo, cada uno tiene sus preferencias a la hora de dormir. El peso de la persona y la posición preferida para dormir también influyen en la estructura del colchón.
De día, cuando deshacemos la cama, la parte que cubre el arcón se queda ahí donde está, con toda la manta (o en invierno, el edredón) recogida encima, así no tenemos que ponerla y quitarla cada vez. Otra parte hace de respaldo de nuestro sofá, apoyada en la pared izquierda, mientras la tercera se queda pegada a la pared derecha, entre las mesas y los altillos, sujetada por 3 pequeñas tiras de velcro.
De día, colgamos las mesas en una guía en la pared derecha. Los dos enganches de cada mesa se cierran con un «click», moviendo una pletina, y hacen que la mesa se quede bien anclada a la pared. Añadiendo dos patas pequeñas por debajo, apoyadas en el arcón derecho, en un par de minutos tenemos una superficie de trabajo (contando también el mueble cocina) de casi 200x85cm.
Eso quiere decir que caben nuestros dos portátiles, más los teclados externos, los ratones, libretas y todo lo que necesitamos para trabajar cómodamente sin tener dolores de cuello o de espalda. Para dos nómadas digitales como nosotros, que tienen que ganarse el pan (y el gasoil) trabajando todos los días 5 horas delante de un ordenador, este espacio es fundamental, y la principal razón por la que he elegido esta distribución.
Es superimportante tener espacio para un teclado externo y para apoyar los antebrazos. Eso permite levantar el portátil unos 15cm de la mesa y mantener el cuello más recto mirando la pantalla. Para sentarnos utilizamos dos sillas plegables de IKEA, que fijamos con un pulpo elástico al tablero trasero cuando no las utilizamos.
Después de trabajar 5 meses todos los días de frente, en una mesa más pequeña, con la espalda apoyada en las paredes curvas de la furgo, hemos aprendido (con dolor) que el espacio no era suficiente y que es mucho mejor sentarse en una silla, aunque sea plegable. Eso permite más movimiento (estirarse hacia atrás, balancearse, etc.). El voladizo debajo del arcón derecho deja espacio adicional para los pies.
Esto en una furgoneta L2H2 con distribución clásica, con una mesa pequeña detrás de los asientos giratorios de la cabina, habría sido muy incómodo. Además, a nadie le gusta la idea de trabajar sentado en la cabina, a la vista de todo el mundo o, aunque tenga oscurecedores de cabina (que cantan), en la parte más cálida/fría de la furgoneta. Simplemente no está pensada para ser un despacho móvil.
Tenemos también un cine en la furgo, para los días lluviosos, o para cuando queremos relajarnos después de una ruta, o antes de dormir. Desenrollamos una pantalla de 60 pulgadas, colgada justo debajo de un altillo, encendemos el proyector colgado debajo del altillo opuesto, conectamos un Chromecast y un altavoz bluetooth… ¡y a ver pelis!
El proyector es un económico 800x600px nativo, nada de FullHD de un blu-ray, tenemos la calidad de un DVD, pero eso sigue siendo mucho más que la de otros proyectores pequeños de baja calidad. Además, la distancia de proyección de este modelo es perfecta para la furgo y nos da una pantalla de más de 50 pulgadas. El altavoz bluetooth que he elegido también tiene una potencia y una calidad sorprendente en comparación con el tamaño (y el precio).
El único problema es el consumo de 60 vatios. No es poco, comparado con un portátil moderno, pero nuestros 500Ah de baterías y 960W de paneles solares ayudan mucho en ese sentido. En los días que nos sobra energía, la podemos gastar así.
¿Por qué dos mesas y el colchón partido en dos? Porque así es posible mantener una parte cama y la otra escritorio para trabajar. Así que si una persona se encuentra malita o cansada y quiere descansar puede hacerlo mientras la otra sigue trabajando.
Es perfectamente posible utilizar las mesas en «modo despacho» para comer, desayunar, etc. De hecho, es como comemos prácticamente todos los días. Todo ese espacio viene muy bien también a la hora de preparar la comida, hace de superencimera. Pero a veces mola más una cenita romántica mirándose a los ojos, o de vez en cuando tener unos invitados. Por eso he añadido otra guía para colgar la mesa más ancha (una es cinco centímetros más ancha que la otra) directamente en el tablero trasero, entre los dos arcones. Con una pata finita de quita y pon ya tenemos nuestro restaurante. Moviendo a la cabina el colchón podemos comer juntos hasta cinco personas.
¿Y si queremos comer fuera de la furgo? Simplemente abrimos del todo las puertas traseras, colgamos una mesa (o las dos) en la guía que se encuentra detrás del depósito de agua limpia, sacamos fuera las dos sillas plegables y ¡tachán!, tenemos una terracita con vistas al mar, a la montaña, al lago.
Hemos conseguido llevar también la clásica mesita plegable de camping, como alternativa. Cabe justita contra la puerta trasera.
Tener un depósito de 185 litros de agua limpia quita bastante espacio en comparación con la vieja distribución, pero gracias a los nuevos altillos, los dos arcones, un espacio de almacenamiento arriba del depósito y las dos mochilas hemos conseguido recuperarlo, y sobre todo hacerlo más aprovechable.
Utilizamos los altillos sobre todo para la ropa, mientras almacenamos en los arcones todo lo que necesitamos para trabajar, más herramientas, libros, algunas provisiones, etc. Tenemos más de 5 metros y medio de altillos, sin contar el del microondas, y eso nos permite almacenar una cantidad sorprendente de cosas, sobre todo pensando en el tamaño de nuestra furgo y los aparatos que lleva instalados.
El arcón más sacrificado es el derecho porque para acceder hay que mover las mochilas que van apoyadas encima. Por eso almacenamos ahí dentro las cosas que utilizamos menos a menudo. Por la misma razón he decidido poner en ese mismo arcón nuestro váter, que se puede sacar hacia delante abriendo una puertecita, sin mover nada. Ya os hablaremos de él.
En la parte trasera, arriba del depósito, he recuperado un pequeño espacio de almacenamiento donde ponemos todos nuestros zapatos/zapatillas/botas de andar. En la esquina de la furgo queda aún algo de sitio para poner una sombrilla, una fregona que utilizamos para limpiar los paneles solares, las patas de quita y pon de las mesas y algo más.
¿Y si os dijera que se me ha ocurrido otra distribución más cómoda con un sofá grande y aún más espacio vital sin renunciar a nada de lo que os he hablado hasta ahora? Por ahora la estoy diseñando, ya os contaré cosas 😉
¡Ya empezáis a conocer nuestro Bicho! En los siguientes episodios hablaremos de nuestra cocina con nevera de 200 litros, de paneles solares, baterías, calefacción y mucho más. Si no quieres perdértelos, ¡síguenos en nuestra página Facebook y en Instagram!